Udalak

Leitza

Celebra fiestas del 10 al 14 de agosto, festividades dedicadas a San Tiburcio. Son muy animadas contándose siempre con atracciones tales como partidos de pelota, apuestas de hachas, conciertos, encierros, juegos infantiles, bailes, exhibiciones del grupo de ezpata-dantzaris de la villa y tradicional Ingurutxo de Leiza. Celebra fiestas también el 29 de setiembre, San Miguel. Mercado todos los viernes. Leiza, sabe como pocos, guardar sus costumbres tradicionales. Ya son los zinzarris y piperpotes llenos de piedras, agitados frenéticamente por los chiquillos durante toda la noche del 6 de enero para llamar a los generosos Reyes Magos. Ya son los coros de Santa Agueda, interpretados por los mismos protagonistas ante las casas del pueblo; ya la sokadantza infantil bailada en la plaza por San Juanen bezpere. Una de sus tradiciones más original, y podemos decir que de ella tienen la exclusiva, es la colocación del "Orántzaro". El día 24 de diciembre, aparece en los balcones de las casas un figurón relleno de hierba, vestido a gusto de los artistas y sin ningún distintivo general. Exactamente se desconoce el origen y por qué de esta costumbre, pero sin embargo, algunos de los más ancianos dicen que recuerdan haber oído a otros, también muy ancianos, que el "Orántzaro" es un ser misterioso venido de lejanas tierras trayendo la "oratza", o sea, la levadura, y mezclada a la harina, haga que no falte el pan en las casas donde le reciben y festejan.

Respecto a los carnavales, recogemos lo escrito por un incansable recopilador, Juan Garmendia Larrañaga: "Los "iotegik" se festejaban en los tres días precuaresmales, que recibían los nombres de "Zalduniote", "Asteleniote" y "Asteartiote". Por lo que acabo de apuntar sabemos, pues, que el "lotegi" o Carnaval comenzaba el "Zalduniote" o Domingo, que es cuando por la tarde aparecían los "atxoak" o disfrazados, muchos de ellos con la cara pintada u oculta con un trapo. El "atxoa" se preparaba en su casa o en la de un amigo, pues procuraba no ser reconocido en el transcurso de su intervención callejera. Entre estos "atxoak" figuraban los jóvenes o "mutillek", algunos casados y chicas o "neskatxe gaztek". En Leiza cuidaban asimismo que los caballos, a la sazón tan importantes en la vida de la comunidad, contribuyesen a enriquecer el marco del conjunto de los carnavales, presentándolos adornados con diferentes y llamativos motivos. Siguiendo el curso de la fiesta señalaremos que unos "atxoak" y varios sin disfraz se divertían en el baile o "dantza" en la plaza, donde actuaban el chistulari y el atabalero -"txistue eta danborra"- de costumbre. Otros "atxotuak" llevaban un palo o "makile" con una vejiga de cerdo o "txerri maskurie" para golpear a las chicas y a los niños que congregados en los arcos o "karrapea" del ayuntamiento no dejaban de gritarles: "Atxoa, atxoa, zerrie baiño faltsoagoa". Para defenderse del acoso de estos disfrazados, más de una joven picaba con un alfiler la vejiga de cerdo en manos de los "atxoak". La algarabía y el baile cesaban al toque de oración o "amazkille".

He aquí que los "atxoak" descubrían la cara y se quitaban el disfraz a escondidas, ocultamente, para no ser identificados en los dos días siguientes. Algunos jóvenes acompañaban a casa a sus novias o amigas, cumplían con el "neska laguntzea" habitual en estas ocasiones. Otros se retiraban a descansar y no eran pocos los "mutillek" que se quedaban a cenar en alguna taberna del pueblo. Esta fiesta vespertina del "Zalduniote" o Domingo de Carnaval se repetía el "Asteleniote" y el "Asteartiote". A las nueve de la mañana del "Asteleniote" o Lunes de Carnaval, los jóvenes se reunían en la "ostatue" o taberna. De aquí salían a pedir en dos grupos, luciendo como único distintivo de Carnaval el pañuelo rojo al cuello. La cuadrilla más numerosa visitaba los caseríos o "bordak" de los barrios o "auzoak" de "Gorriztaran" y de "Arkiskil". Un chistulari y un atabalero -"txistue ta danborra"-acompañaban a estos "mutillek". El bolsero o "poltseroa" recogía el dinero y contaban con un par de cestas o "saski pare bat" para los huevos o "arroltzeak" y las longanizas o "txistorrak", y no faltaba quien se encargase del vino en una hermosa bota de unos cinco litros. El desayuno o "amarretako", un par de huevos fritos o cocidos, lo fijaban en una taberna del barrio de "Gorriztaran", que era el primero que visitaban. En muchas "bordak" aceptaban la invitación de queso y pan -"gazta eta ogie"- y allá donde hubiese una joven bailaban un par de piezas o "dantzaldi pare bat". A la familia en luto riguroso o con enfermo grave pedían en silencio o "ixilik" y les atendían de igual forma que en las restantes casas.

El otro grupo iba con un acordeonista y alcanzaba los caseríos del barrio de "Errekaldea", donde desayunaban en una taberna. De regreso al pueblo se detenían en el barrio de "Sakulu". Los componentes de las dos cuadrillas y los músicos comían con las viandas recibidas en la cuestación. Por la tarde varios "atxoak" paseaban por el pueblo. El "Asteartiote" postulaban también dos cuadrillas. Una quedaba en el casco urbano o "errie" y en gran parte les correspondían en dinero. El otro grupo era más numeroso y llegaba al barrio de "Erasote". La comida de estos "mutillek", el lunes y martes, variaba de un año a otro; mas la del "Asteartiote" solía ser más copiosa. Los "iotegik" de estos últimos años tienen lugar en el tercer domingo de enero y el lunes y martes siguientes y reciben también el nombre de "Festa Txikiak". Tanto la voz "lotegia" como los nombres de "Zalduniote", "Asteleniote" y "Asteartiote" se hallan bastante olvidados" [Juan Garmendia Larrañaga: Carnaval en Navarra].

IEZ